Carlos Marx (1818-1883)
Siria, breve historia, geografía, clima y agricultura
Antes de la primera Guerra Mundial recibía el nombre de Siria toda la franja oriental que bordea el Mediterráneo en su extremo oriental, entre Egipto por el sur y Turquía por el norte. Al término de la contienda, el país se dividió en colonias de dominio inglés y francés: la parte baja dominada por los ingleses constituida por Jordania y Palestina, y El Líbano y Siria dominadas por los franceses.
Todas estas tierras formaban la gran Siria. Hoy en día, el nombre del país ha quedado restringido a la franja que está situada al norte de Tierra Santa, separada del Líbano. Siria ocupa 187.086 kilómetros cuadrados. La frontera oriental del país consiste en líneas arbitrarias trazadas a través del desierto con el río Jordán al sudeste, e Iraq al este, Turquía en el norte y al oeste, El Líbano y la costa Mediterránea.Siria es un país de montañas y fértiles llanuras al borde del desierto, en cuyo variado paisaje se pueden distinguir cuatro zonas aproximadamente paralelas a la línea costera:
- Una estrecha franja de tierra fértil, llanuras costeras, típicamente mediterráneas y con un impresionante fondo de montañas.
- Las Cordilleras Occidentales, al este de la región costera.
- La Depresión Central, la región más grande: un variado paisaje de fértiles valles fluviales, praderas y desierto arenoso. Con excepción de Latakia, todas las ciudades importantes y los principales centros industriales del país se encuentran concentrados al abrigo de las laderas orientales de las montañas. El río Orontes y numerosos arroyos de montañas riegan los fértiles cultivos que bordean las laderas. Más al este, el caudaloso río Éufrates, abre verdes surcos en las llanuras y sus aguas proporcionan un riego vital en una región donde casi nunca llueve.
- Las desiertas mesetas orientales, una estepa de roca y grava. En opinión de la mayor parte de los arqueólogos, el Oriente Medio fue cuna de la civilización. Allí, las condiciones naturales ofrecieron al hombre las circunstancias más favorables para transformar su vida, hasta ahora nómada, en sedentaria. El nuevo estilo de vida permitió la dedicación plena del hombre a la agricultura. Los ríos de la zona, Éufrates y Tigris, proporcionaban el rejuvenecimiento anual del suelo mediante la deposición de una capa de sedimentos. El clima benigno de la zona junto a la abundancia de agua, fueron factores determinantes para que el hombre empezara a desarrollar su vida ligada al hábitat.
La característica más destacada de las condiciones climáticas en Siria es la rapidez con que éstas varían al alejarse de la costa. Los extremos, de un frío prolongado que retarda el crecimiento de las plantas a un calor agobiante, se limitan a ciertas regiones y la influencia del clima sobre el desarrollo de la civilización parece haber sido importante.
En conjunto, Oriente Medio tiene un marcado ritmo Mediterráneo de sequedad estival y lluvia invernal. Las lluvias comienzan al principio del otoño y la auténtica estación lluviosa coincide con el inicio de diciembre. Siria presenta lluvias máximas en enero en el extremo oeste. Puede, por tanto, afirmarse que en la mayor parte de las regiones la lluvia tiende a presentarse a lo largo de la costa orientada al oeste por la influencia del Mediterráneo.
En oriente próximo, hace unos 10000 años, los primeros cereales cultivados fueron el trigo y la cebada. También se domesticaron cabras, ovejas, vacas y cerdos hace unos 8000 años a 9000 años.
La agricultura es la principal actividad económica de Siria. Sin embargo, sólo una cuarta parte de las tierras del país está destinada a ella, que además, es fundamentalmente de autoconsumo.
Entre los productos más importantes se encuentran los cereales, básicos en la alimentación del país. Destacan el trigo y la cebada, originarios de Oriente Medio. Frutas y hortalizas también son parte esencial de la alimentación de la zona.
Gracias a un clima en el que se combinan ciertas características tropicales y templadas se pueden cultivar numerosos frutales: aceitunas, uvas, albaricoques, higos, cerezas, granadas, patatas, almendras, pistachos, nueces, etc. El cultivo de hortalizas es fundamental, las plantas más importantes originarias del país son las cebollas, pepinos, calabazas, calabacines, habas, ajos, tomates y patatas.
La cocina Siria
La cocina es un conjunto de técnicas y de conocimientos empleados en la preparación de alimentos para su consumo. Las técnicas y los ingredientes que se utilizan para la elaboración de comidas ofrecen una enorme variabilidad histórica y cultural, al adecuarse, por un lado, a unos determinados contextos económicos y ecológicos que actúan como importantes condicionantes y, por otro, a unas percepciones sociales y culturales que definen lo que se considera una comida adecuada o incluso comestible. Estas pautas se aprenden durante la infancia y remiten a un pequeño mundo de memorias, de sabores, de olores, de texturas y de apariencias. Para elaborar comidas que se ajusten a estas percepciones sociales y culturales es necesario disponer de los alimentos adecuados, así como también de los conocimientos y de las tecnologías que permiten su transformación. Estos últimos son tan o más fundamentales que los ingredientes mismos.
La cocina tradicional es un arte fundamentalmente social, con caracteres locales y tradicionales. La sociedad moderna ha conseguido facilitar su elaboración, gracias a la adquisición de materias primas que se cultivan, a veces, a miles de kilómetros de distancia. Es importante, en la cocina moderna, esta base de distintos orígenes étnicos y culturales.
La cocina como patrimonio cultural se ha mantenido desde tiempos ancestrales. Los diferentes platos tienen historia, no solo por su significado, sino por los momentos que marcan en la vida del comensal, por los recuerdos y memorias que se crean alrededor de un sabor. No son solo representantes de un concepto gastronómico, sino que guardan en su propia semblanza gran reconocimiento del ingenio del ser humano.
La cocina Siria posee huellas de muchos pueblos antiguos y modernos que vivían en la zona como los Fenicios*, Asirios, Arameos, Árabes, Persas, Griegos, Turcos, Franceses y otros. Es por ello que en ella encontramos una enorme variedad de sabores tanto dulces cómo salados. Si bien Siria emplea productos típicamente mediterráneos en su cocina y que comparte con otras culturas mediterráneas, su elaboración es diferente.
La comida refleja el entorno de una sociedad, pero no se halla completamente determinada por éste. Las recetas y proceso de elaboración, se han transmitido oralmente a través de generaciones e incluso de vecinos y amistades que intervenían y/o colaboraban en la colección de menús para grandes fiestas y banquetes. De esta manera, se transmitía la tradición de una generación a la siguiente.
La cocina Siria se caracteriza por el empleo de las más exóticas especias y por poseer una inmensa variedad de platos de un sabor especial y único. El empleo del ocio junto a la cocina tradicional, serán las pautas que nos ayuden a entender la mentalidad Siria. No sería exagerado afirmar que en los acontecimientos más importantes de la vida cotidiana, la comida siempre está asociada como una pieza esencial. La generosidad de un anfitrión se podría medir por la cantidad de alimentos en su mesa. Ello responde a una antigua norma de hospitalidad que aconseja servir el doble de comida de lo que se espera que coman los invitados. Por tanto, si el viajero es invitado a la casa de un Sirio, deberá aceptar todo lo que le ofrezcan.
La comida en Siria, Líbano y Palestina es muy similar. Solo varían algunos platos y la manera de prepararlos. “La perla de la cocina árabe”, es cómo se conoce al conjunto de platos de estos vecinos países mediterráneos.
La dieta Siria, fundamentalmente mediterránea, se basa en el aceite de oliva, las legumbres, fruta, carne de cordero, vaca y pescada. La familiaridad de los alimentos sumada a la originalidad de los sabores, hace que estos manjares sean cada día más apreciados en el mundo entero.
Referencia
* En área sirio-palestina en la Edad del Hierro se estima que los cereales, consumidos principalmente en forma de pan, constituían entre el 53 y el 55% de la dieta adulta. En los enclaves y barrios fenicios del sur de Iberia no contamos con información tan precisa, pero a juzgar por los registros bioarqueológicos y por los numerosos equipos de molienda que encontramos en estos asentamientos, los guisos a base de cereal, debieron de ser el alimento cotidiano de buena parte de los grupos domésticos que en ellos habitaban. En la mayoría de estas áreas domésticas, las instalaciones y equipos culinarios documentados parecen sugerir que estos cereales se preparaban principalmente hervidos y cocidos en forma de potajes, migas o gachas, y, en menor medida, en forma de panes y tortas.
Los fenicios nos transmitieron sus amplios conocimientos en la agricultura del olivar.
En Ugarit ( llamado hoy Raas Shemra, a 8 km de Latakia ) se han encontrado los restos de los primeros lagares de olivo que datan de la época de la ciudad Ur en Mesopotamia, pero la arqueología ha probado que se trataba ya de una industria que databa desde antiguo.
También este pueblo introdujo una amplia variedad de pescado a la dieta mediterránea.
Hay que recordar que los fenicios contribuyeron a difundir los sabrosos cardos azules, que se comían hervidos y sazonados con aceite y especias. Una infusión de flor de cardos era bastante conocida en medicina como diurético.
Fueron también ellos quienes fabricaron un licor procedente del fruto del algarrobo. Es un licor espeso, azucarado, con un ligero sabor a chocolate (desconocido entonces) que se mezclaba con aceite de oliva o de sésamo y que constituía un energético poderoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario