El albaricoque o damasco (Prunus armeniaca) es una fruta originaria de China que hoy en día se produce de manera mayoritaria en Turquía. Entre sus excelentes valores nutricionales destacan los beta-carotenos o vitamina A (pigmentos anaranjados), y minerales como el hierro o el potasio. También es muy rico en azúcares y fibra.
Los hunza son un pueblo muy popular del Himalaya cuyos indígenas son famosos por su longevidad y calidad de vida. Su alimentación, que es vegetariana, incluye en un lugar muy especial el albaricoque, tanto fresco como seco.
No obstante, hay que destacar que en su buena salud también son decisivos algunos factores como la falta de estrés y de contaminación. Todo ello repercute de manera muy positiva en su calidad de vida.
Esta fruta se consume, por lo tanto, durante todo el año. Es habitual que las familias tengan sus propios albaricoqueros, que son señal de gran riqueza. Además de comer la fruta, de su semilla se extrae un aceite muy preciado que se usa para cocinar, para las lámparas y para el cuidado de la piel.
Ingredientes
Un kg de frutas maduras de albaricoque
Un kg de azúcar
Una cucharadita de zumo de limón natural
Manera de Preparación
Lavar las frutas y quitar sus huesos internos. En un bol, poner los trozos de albaricoque, añadirlos el azúcar y mezclarlos bien.
Dejarlos aparte durante 12 horas.
A continuación, ponerlos en una olla, a fuego lento, durante una hora removiendo por cuchara de madera cada tanto para que no se queme el fondo.
Ahora, añadir el zumo de limón natural y seguir hirviendo la mermelada, a fuego lento, durante 10 minutos.
Retirar del fuego y dejar a enfriarse.
Luego, poner la mermelada en un tarro de cristal y cerrarlo bien.
Guardarlo en un lugar seco o en el frigorífico.
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